FELICIDADES DANIEL ENRIQUE PADILLA CABRERA

Licenciado en Historia

EL MAGISTERIO YUCATECO COMO AGENTE DEL ESTADO MEXICANO POSREVOLUCIONARIO Y SU LABOR FRENTE A LA COMUNIDAD (1934-1943)

El sínodo estuvo integrado por el Maestro José Enrique Serrano Catzim (Asesor), por el Doctor Jorge Isidro Castillo Canché (Presidente) y por el Maestro Róger Alonso Domínguez Saldívar, les acompaña la Doctora Rocío Leticia Cortés Campos, Secretaria Administrativa Accidental de la Facultad, fecha del examen: Viernes 2 de junio de 2017.
Breve descripción de la Tesis
Esta investigación se centra en el magisterio yucateco. Definido aquí como el conjunto de trabajadores de la educación, ligados al Estado mexicano posrevolucionario, y a la vez interrelacionado con la comunidad. Se estudia la labor social, política y cultural que este grupo llevó a cabo; los nexos políticos que definieron su «deber ser», así como su desarrollo laboral y social en la etapa formativa «tardía» del Estado mexicano del siglo XX (enfocado entre los años 1934 y 1943). El trabajo presenta dos objetos de estudio centrales interrelacionados entre sí; el magisterio como un actor explícitamente político y, el Estado postrevolucionario que le designaba su razón de ser. El magisterio no será analizado aquí como un grupo pedagógico, encargado de recibir y reproducir las tendencias educativas del Estado central; sino como un conjunto de intermediarios activos, que no sólo recibían las consignas de la Secretaría de Educación Pública (SEP), sino que en muchas ocasiones contribuían a hilvanar y/o adaptar estas ideas, cumpliendo el papel de intelectuales orgánicos. Se analiza al maestro desde su acción política y social, tomando como variantes a la sociedad que educaba y a su patrón laboral, el Estado. Producto de esta interacción cotidiana, se les reconocerá en esta investigación como agentes de vanguardia del Estado, y ulteriormente, se expondrán las principales coyunturas que enfrentaron los profesores posterior al régimen cardenista, revaloraciones de suma importancia que al día de hoy han sido poco estudiadas. En otro orden de ideas, la Educación Socialista no será abordada aquí como un conjunto de tendencias pedagógicas, sino como el principal móvil de la política cultural que configuró el Estado mexicano para la integración de una población heterogénea y dispersa a una lógica nacional, corporativista y centralizadora.

En cuanto a su estructura, el trabajo cuenta con cuatro capítulos distribuidos en un implícito orden cronológico y más explícitamente, temático. El capítulo primero expone algunos elementos generales sobre la constitución del Estado mexicano posrevolucionario, así como sus intentos de intervenir en Yucatán, en cuanto región periférica. El segundo capítulo se centró en la figura misma del maestro como estudiante normalista, miembro de una clase social y como trabajador «estoico» del Estado cardenista. En el tercer capítulo se analiza y reconstruye, en la medida de lo posible, el desarrollo de la cotidianidad magisterial; desde la orientación que los maestros le imprimieron a las políticas educativas y culturales oficiales, pasando por las difíciles relaciones con la población, que oscilaron entre la hostilidad y la negociación. El capítulo cuarto será, de alguna forma, el más «propositivo». Comienza enunciando y analizando los cambios más importantes acaecidos en el ocaso cardenista y continúa en el tenso panorama de los años cuarenta, en especial durante el mandato de Manuel Ávila Camacho. En esta etapa, de transición presidencial, no sólo se aborda el apaciguamiento del radicalismo revolucionario y el freno del ambicioso proyecto de ingeniería social; a su vez, se resalta cómo todo este panorama incidió en la vida magisterial.

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